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Suffocations.

OLGA KOROVINA

 

COMISARIADO DE LAURA JIMÉNEZ IZQUIERDO

¿Quién diríais que ha sido el personaje del 2017? En mi opinión el mismo que fue el personaje del 2016. Aquel magnífico individuo que los Simpsons parecieron predecir que iba a ganar las elecciones de EEUU algún día. Y es que no transcurre ni un solo día en que no ocupe grandes titulares.

 

Tan solo pasados 10 días desde su entrada en la casa blanca, podíamos leer las leyes presidenciales que ya había aprobado por el momento:

 

Refuerzo del control de la inmigración ilegal y reducción de la legal. Rechazos de refugiados e inmigrantes de países musulmanes. La retirada del acuerdo transpacífico de Libre Comercio. Revitalización de antiguos y polémicos oleoductos. Minimizar la carga económica de “Obamacare”. Restablecer la política de aborto “Ciudad de México”. Una cada vez más sospechosa coordinación y comunicación con Rusia… Y un largo etcétera que “afortunadamente” no ha sido apoyado ni aprobado en su totalidad.

 

¿Qué piensas de todo esto? ¿Cómo te sientes? ¿Cómo me siento? ¿Cómo nos sentimos?

 

Esta es la pregunta que se hizo la fotógrafa Olga Korovina a sí misma y a sus modelos.

 

“Me asfixio”.

“No puedo respirar”.

“La situación me está ahogando”.

 

A partir de esta sensación de frustración y de quedarse sin aire, Korovina decidió comenzar un proyecto en el que retratara a la comunidad que le rodea en Nueva York y cómo se sienten.

 

A partir de una fotografía de retrato muy definida en la que captura a sus modelos en un plano de busto centrado sobre un fondo azul que oscila entre el celeste y el índigo, la artista representa sin ningún indicio ni rasgos del personaje, todo su pesar. Hombros caídos de pesadumbre, desnudez de honestidad y vulnerabilidad, y unas bolsas de diseño de colores atractivos que no solo esconden por completo sus rostros, sino que rodean sus cuellos cuidadosa y peligrosamente, sin dejarles respirar.

 

Con una gama de color intensa de camino a los estallidos de color de David Lachapelle, Olga utiliza la fotografía como uno de los testamentos más fieles de nuestra realidad para crear retratos firmes y colectivos. Unos retratos velados completamente como los amantes de Magritte que te miran de frente. Que no dicen nada y lo dicen todo. Que a través de ese plástico y tela de diseño piden auxilio. Un socorro por sentirse asfixiados por un gobierno que les oprime, por un capitalismo que parece obligarles a definir sus propios intereses y deseos, por una deuda a la que no ven final, por una falta de empatía general, por una ilusión agotada.

 

Tras vivir durante unos meses en EEUU en los cuales pude vivir las últimas semanas de la campaña electoral, las elecciones, el resultado, el brillo rojo republicano estadounidense del Empire State (igual que el de la primera fotografía que encabeza la exposición de Korovina) y la encapotada y mustia mañana del día siguiente en la que se respiraba tristeza, he podido ver cómo la gente se iba asfixiando poco a poco en Nueva York, y en el mundo en general.

 

Creo que a todos nos sorprendieron el resultado de las elecciones. Esperamos asustados, y un tanto asfixiados, a saber qué iba a ocurrir y si dicho individuo iba a conseguir hacer todo lo que había anunciado. Aún estamos esperando con una bolsa al cuello que se va cerrando poco a poco.

 

Volvemos a achacar el problema a la falta de educación y cultura. Es ahí donde tiene que entrar el arte.

Es en este tipo de situaciones de crisis en las que la cultura tiene que entrar a luchar, a concienciar, a enseñar. A quejarse y reclamar un mundo de libertad e igualdad.

 

Porque esto no es un discurso que hable solo del círculo más cercano de la artista y de su situación política más cercana. Es un retrato de sentimientos colectivo. Un retrato internacional de la falta de aire en cualquier situación política, económica, social.

 

Queremos cambiar lo que podamos. No asfixiarnos. No asfixiar. No permitir que se asfixie a nadie. Que respiremos todos juntos el mismo aire. Sin bolsas, sin muros, sin barreras sin racismos ni exclusiones.

 

Olga decide con este y otros proyectos reclamar lo que es nuestro. Y con esto me refiero a nuestro aire, a nuestro mundo, a nuestros derechos, a nuestra libertad. A nuestra libertad de expresión y de vivir. De respirar.

 

Laura Jiménez Izquierdo

Biografía

 

Olga Korovina es una fotógrafa establecida en Brooklyn, Nueva York. Posee un doble Grado en Matemáticas y Fotografía por la City University of New York – College of Staten Island.

A parte de su trabajo personal y autónomo como fotógrafa independiente. Olga tiene experiencia como Social Media Manager al haber trabajado en sitios como Chuckies Brooklyn Designer Shoes u Ostrich & Co. También ha trabajado como becaria de comunicaciones en el International Studio & Curatorial Program (ISCP) de Nueva York.

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