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Laura Jiménez Izquierdo

 

Comisaria e Historiadora del Arte.

Sobredosis 2017. Una fábula 2.0

Érase una vez un joven llamado Narciso. Un joven que sin haberse dado cuenta, se había enamorado locamente de su reflejo en la pantalla que siempre le acompañaba. Todo había empezado con una necesidad imperiosa de comunicarse cada vez más rápido; de precisar todo tipo de información al instante; de compartir todos sus pensamientos, inquietudes y distracciones. De ahí había pasado a necesitar la aprobación de todos sus amigos, los cuales aumentaban exponencialmente. Daba igual si los conocía o no, y si estos sabían su color favorito o el día de su cumpleaños, o cuando necesitaba un abrazo. Si les gustaba lo que compartía, su reflejo en esa pantalla, se sentía complacido, se sentía querido y, se enamoraba más profundamente de sí mismo, de su reflejo.

 

Narciso vivía en el reino de la globalización, de la pantallocracia, de la comunicación masiva, de las redes sociales y de la sobreexposición instantánea. En un reino donde el exceso parecía ser el dogma implantado secretamente por la plutocracia y que todos sus habitantes acababan siguiendo sin apenas enterarse.

 

Pero esta no era la historia de Narciso, sino de todos los Narcisos que se sentían únicos y exclusivos y terminaban reflejándose de la misma manera en sus pantallas, esperando ansiosos la aprobación del resto de Narcisos, para poder saber si su reflejo era bueno y sentirse especiales dentro de esa Sobredosis de Narcisos.

 

Aunque no haga falta aclararlo en realidad, sabemos que esa “vez” del “érase una vez” de nuestra fábula es tan reciente como inmediata, y tan real como pavorosa. Sobredosis vuelve este 2017 con el trabajo de 29 artistas para reflexionar en esta ocasión sobre este cuento real, sobre la Sobredosis de información y dependencia de las Redes Sociales.

 

El proyecto conforma una metáfora visual en la que los trabajos de todos estos artistas coordinados por el equipo de Adriana M. Berges, Laura Tabarés y Raquel Moraleja hacen reflexionar al público sobre los límites de ese reino 2.0 en el que se han visto inmersos tan vertiginosamente.

 

¿Valoramos ahora una imagen según los “likes” que consiga? ¿Es más lírico, intenso, conmovedor o ingenioso un texto según las veces que se comparta? ¿Es mejor un artista o cualquier otro profesional según los seguidores de sus RRSS?

 

¿Tenemos que dejar de vivir unos minutos nuestro momento para vivir el “live video” de esa persona que está en un festival a cientos de kilómetros? ¿Va a disfrutar esa persona más de la canción que está escuchando en directo porque sus “amigos” le den muchos “likes”?

 

¿Tenemos que etiquetar todas nuestras experiencias con “hahstag”? ¿Va a mejorar esa experiencia porque haya sido “trending topic”?

 

¿Se ha convertido la popularidad virtual en sinónimo de calidad? ¿De verdad estos “likes” son ahora el cuantificador cualitativo de la cultura? ¿De la vida? ¿Vivimos más y mejor por la aprobación de nuestra comunidad de amigos virtual?

 

De nuevo es el turno del arte para reflejar el otro lado de ese espejo narcisista, de intentar dibujar esos límites invisibles  de los excesos para hacernos reflexionar sobre si los hemos rebasado. De cuestionar hasta qué punto somos capaces de asimilar toda esa Sobredosis informativa que nos es suministrada a través de las Redes Sociales, y si la forma de distribuirla es la correcta. De recordar cómo se aprecian y valoran las cosas realmente y de cómo se disfrutan y se viven las relaciones de verdad.

 

Pero volviendo a nuestra fábula, a punto de acabar. Narciso consiguió cientos “likes” en una “selfie” que se hizo reflejado en un lago de agua cristalina que ni siquiera llegó a tocar, en el que no se paró más que cinco minutos para hacerse la fotografía. No prestó atención al eco del canto de un colibrí que volaba a lo lejos, ni al arrebol de las nubes reflejado en el agua. No recordaría nunca cómo se sintió en ese momento solo en esa orilla, ni siquiera el nombre del lago…  

 

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado y espero que os haya gustado (en Facebook, Twitter, Instagram y allá donde lo hayáis encontrado).

 

Laura Jiménez Izquierdo

Febrero 2017

*Reseña de la exposición #Sobredosis2017 en la Quinta del Sordo, Madrid.

Febrero 2017.

 

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