top of page

Puntos ciegos.

IÑIGO ARAGÓN

COMISARIADO DE IÑIGO AYALA

Es oportuno echar la vista atrás, no mucho, simplemente al año 2000; cuando la ONU marcó entre los cinco Objetivos de Desarrollo del Milenio, en el tercer puesto, la búsqueda de la igualdad de género para el año 2015. Estamos a finales, la fecha límite ha llegado, es plausible el hecho de que no se ha conseguido, ha fracasado, hemos fracasado.

 

Puntos ciegos presenta un proyecto reivindicativo en cuanto a la identidad de género se refiere, revaloriza la lucha por la igualdad en nuestra sociedad actual. La exposición muestra como a través de fragmentos de fotografías antiguas, se puede reivindicar la importancia de este mensaje de igualdad. Así, recurriendo a esta mezcolanza, Aragón manifiesta aquello que ya declaraba Max Ernst:

 

”El collage es el encuentro de dos realidades distantes en un plano alejado de ambas”.

 

El reconocimiento social de la mujer, ya no solo la igualdad de géneros, sino saber concederles la importancia que han tenido en la historia. Íñigo Aragón muestra el papel pasivo de la mujer, los ideales que le son impuestos desde pequeña y como puede convertirse en ocasiones en el complemento perfecto, ya que detrás de un gran hombre hay siempre una gran mujer.

 

La fotografía se ha constituido como un campo de reflexión específica acerca de la realidad que nos rodea, pero siempre a través de los filtros de la subjetividad. En este caso, la obra fotográfica se compone de realidades iguales, en cuanto a su formato, pero con diferentes orígenes y contextos. El resultado llama la atención al espectador, se pone alerta y busca un sentido.

 

“Lo fotográfico no nos remite a la fotografía como objeto de investigación, sino que la plantea como objeto teórico”

 

De esta manera se refería Rosalind Krauss a esa invitación que hace el artista con su trabajo fotográfico pensar al espectador. Así, el artista nos plantea ese “objeto teórico”, esas realidades distintas de sus collages para que nos recapacitemos sobre si el cambio entre aquella situación vivida entonces y la vivida actualmente ha sido suficiente.

 

No se puede olvidar que la fotografía es usada diariamente por millones de personas para dejar constancia de su vida, desde las noticias de los periódicos, el menú de la comida o las famosas selfies, hasta las fotos poscoitales que se encuentran en todas las redes sociales. Es decir, la fotografía tiene un fin propagandístico que pone en circulación la situación de la sociedad. El fotomontaje se convierte pues, en una fórmula transgresiva de los conceptos utilitarios para los que fue creada la fotografía. Como ha declarado el propio artista:

 

“Basta con tener los ojos abiertos y un rato para ver las fotos. No hace falta más.”

 

Podemos dividir su obra en tres secciones:

Por un lado, tenemos EL DÍA A DÍA, donde se muestra lo cotidiano, la mujer de a pie, su figura supeditada a la del hombre.

 

 

 

 

Por otro, LA EDUCACIÓN SENTIMENTAL, donde el artista rememora la obra de Gustave Flaubert, en la que habla acerca de cómo se debe educar a las jóvenes, reprimiendo sus sentimientos y pasiones. La máxima de su instrucción era: ser sumisa y pasiva, cualidades que se esperaban de la buena mujer. En ¡Habla! busca mostrar el silencio o el veto a la opinión femenina; o la belleza de las mises, como mascotas de la sociedad, encerradas en estereotipos en Pajarito; mientras que en La danza finalmente expresa la habilidad de entretener, por encima del sacrificio y esfuerzo diario de las bailarinas.

Y terminando con un PREFARIO MALFARIO, el artista supone con imágenes el cumplimiento del ideal femenino: la boda, donde la mujer cumple todos sus sueños y toda su educación recibida hasta el momento se convierte en práctica. Su función ahora es agradar al marido. En cuanto a la obra de Iñigo Aragón, nos encontramos 6 collage y una serie acerca del matrimonio: Mi boda I-V y Matrimonio.

Su imagen empieza a estar supeditada a la de su esposo. Como dijo Jules Renard:

 

“A la sombra de un hombre célebre siempre hay una mujer que sufre”

 

Por tanto, se puede ver como el artista, a través de recortes aleatorios de realidades diversas, muestra el pasado y, por desgracia todavía, el presente de muchas mujeres doblegadas al poder patriarcal. Desde su nacimiento hasta su muerte la mujer ha tenido que adaptarse  a las necesidades de los hombres, desapareciendo, poco a poco, como persona para ceder sus ambiciones y deseos, es decir: su vida; al servicio y al bienestar de su familia y su esposo.

 

Íñigo Ayala Aizpuru

Noviembre de 2015.

Biografía:

 

Iñigo Aragón  (Logroño 1974). Llicenciado por la Universidad de Valladolid en Historia del Arte, afincado en Madrid donde tiene su estudio: Casa Josephine. Nombre que también recibe la casa rural que posee junto con su pareja en Sozarno, La Rioja, lugar de encuentro artístico y creativo cada verano.

bottom of page