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Madrid, Madriz es una propuesta expositiva para 3K ART que consiste en una exposición de fotografías del artista argentino Fernando Maselli. Madrid, Madriz está comisariado por Elvira Rilova. Este proyecto cuenta con el patrocinio de la revista Madriz (http://www.madriz.com/)

 

 

Sinopsis

 

Madrid, Madriz es una particular combinación de imágenes urbanas que aúna todos los impulsos personales de los protagonistas de este proyecto, su bagaje vital y su visión foránea y al mismo tiempo perfectamente integrada de la ciudad dejando así patente las huellas de lo que les define como artistas y como personas.

Este proyecto empezó a gestarse varios años atrás cuando la publicación Madriz, comienza a utilizar las fotografías de Fernando Maselli para ilustrar una ciudad diametralmente opuesta a la ciudad de postal que conocemos. Las temáticas, a pesar de ser muy diferenciadas, contienen un sutil hilo narrativo. Salvo Vistas Aéreas (que hacen referencia a un Madrid no urbano, rural y real a escasos kilómetros de la capital) y Naturalezas Muertas, que pone el acento sobre un paisaje interior, casero y cotidiano, el resto de las series es puramente urbana: Naves industriales como clave del tiempo, paisajes urbanos que son referentes en el imaginario colectivo como Plaza Mayor, o la serie Andamios, manipulaciones visuales que afloran en clave pictórica y continuas referencias a acontecimientos históricos que han marcado el Madrid de los últimos años y la vida de sus habitantes, como el estallido de la burbuja inmobiliaria.

La comisaria de Madrid, Madriz, Elvira Rilova plantea este proyecto para dotar de respuestas a las relaciones especiales que el artista establece con la ciudad y que pretende explorar en las relaciones que se crean con una ciudad alejada de los prototipos habituales y que dotará al espectador de una serie de imágenes que son poemas visuales que esconden una crónica, instantáneas en verso que recorren calles, plazas, bares, balcones, edificios. Visiones de Madrid es un es un recorrido por el Madrid de hoy, pero atravesado por los espectros de su pasado, una invitación a mirar la ciudad, a redescubrirla tal vez, desde sus contrastes hondos, sus estímulos casi permanentes y sus paradojas.

 

Series de la exposición Madrid, Madriz

 

Plaza Mayor

 

La serie fotográfica Plaza Mayor se apoya lúdicamente en los espacios abiertos y el plano múltiple, siendo la figura humana el elemento unificador, con sus consecuentes efectos de incorporeidad y al mismo tiempo expresión. Éste es quizá el rasgo distintivo y, por otro lado, excepcional de Plaza Mayor, donde el nombre es una mera referencia geográfica que deja el protagonismo al característico adoquinado geométrico y el elemento humano (y su consecuente juego de sombras). La serie se construye en torno a un punto de captura fijo y la recesión espacial queda realzada por la distribución de la luz, uniforme y plana, por toda la cuadrícula salvo por los puntos coloridos que representan los viandantes, envueltos de cotidianeidad. Son estas personas, que surgen en el empedrado campo de la plaza, los actores absolutos de esta serie. Entre ellos se intuyen miradas fugaces, encuentros casuales, juegos, risas, el goce estético, una jornada de duro trabajo, charlas intrascendentes: es la esencia de estos vecinos, niños, turistas, músicos callejeros, estudiantes y empleados municipales, entre otros, que representan con maestría un consuetudinario paisaje urbano pleno de interacciones humanas.

Inyección de tinta sobre papel de algodón.

 

Ficha Técnica

Técnica: Inyección de tinta sobre papel de algodón Año: 2008
Medidas: 63,5 x 80 cm
Edición:8 

Andamios

 

La serie refleja con maestría la reflexión sobre el lento, o a veces abrupto, camino hacia la degradación de lo material. Las fachadas de los edificios madrileños son en este caso el espejo en el que vemos el impacto del discurrir de los años inexorables y los esfuerzos por recuperar el esplendor de antaño queda congelado en unos andamios que se muestran como carcasas escenográficas donde las lonas caen como pesados telones enmarcando un teatro donde esporádicamente los obreros, asoman como improvisados actores. El resultado son una serie de imágenes de inusitada belleza poética, donde lo cotidiano sorprende por su intensidad estética y donde el brillante cromatismo, las diferentes texturas y las deconstrucciones únicas que se intuyen y se despliegan al azar, dejan en evidencia el poder creativo de la mano invisible del tiempo. Los andamios de Madrid se muestran como inspiradores artefactos que marcan el fin de algo valioso, capaces al tiempo de trascender el momento y el objetivo para el que fueron erigidos. Andamios ganó el segundo premio a la mejor serie fotográfica del 2008 en el festival SPD (The Society of Publication Designers) celebrado en Nueva York y obtuvo una mención a la mejor fotografía en el festival ÑH6, Lo Mejor del Diseño Periodístico España & Portugal celebrado en Lisboa en noviembre de 2009.

 

Ficha Técnica

Técnica: Inyección de tinta sobre papel de algodón Año: 2008
Medidas: 46 x 58 cm
Edición: 20 

Vistas Aéreas

 

La fotografía aérea se asocia tradicionalmente a usos militares o científicos, y suelen despreciarse sus posibilidades estéticas. En esta serie, mi intención es utilizar esta técnica fotográfica para mostrar grandes extensiones de tierra y poder ver en toda su magnitud el cambio que está realizando el hombre en su entorno y cómo el continuo desarrollo y progreso lo fuerza a buscar constantemente nuevos recursos a su alrededor y a tratar de modificar la naturaleza para adaptarla a sus necesidades. Desde ciertos puntos de vista estas imágenes pueden ser un documento del deterioro de la naturaleza, pero, aparte de eso, me interesa mostrar esa faceta del hombre que lo transforma en un modelador del paisaje.

Ante una panorámica tan amplia y cenital, se pierde la perspectiva y la concepción tradicional de la fotografía, que está compuesta básicamente por sujeto y fondo. Tenemos una vasta superficie de formas y texturas, todos los elementos que la componen se confunden, compiten entre sí y nos ofrecen formas propias de un óleo abstracto. Únicamente la observación atenta permite distinguir las carreteras, las construcciones y las intervenciones urbanísticas que vemos diariamente de cerca. Así, podemos observar cómo producen una herida en la epidermis del paisaje si bien no lo someten, sino que apenas dibujan y subrayan sus contornos, testigos de la simbiosis entre civilización y naturaleza.

En cuanto a los aspectos técnicos de la producción, cabe explicar que las fotografías aéreas son el resultado de dos meses de trabajo y una planificación muy rigurosa. Los permisos para sobrevolar Madrid permiten alcanzar únicamente una altitud de 5.000 pies, de manera que para lograr la perspectiva deseada, cada imagen debió componerse a partir de entre 50 y 70 fotografías ensambladas durante muchas horas de retoque fotográfico.

 

 

Ficha Técnica

Técnica: Inyección de tinta sobre papel RC Año: 2009
Medidas: 120 x 150 cm
Edición: 6 

Naturalezas Muertas

 

Esta serie pretende dar una vuelta de tuerca al bodegón clásico español, adaptándolo a la vida cotidiana actual. El estilo español del bodegón, mucho más espartano y menos preciosista que el de sus compañeros europeos – especialmente italianos como Caravaggio u holandeses, entre los que podríamos destacar a Abraham van Breyeren–, fue considerado por los tratadistas de la época como un género secundario, aunque posteriormente se ha reconocido el trabajo de grandes maestros del género como Zurbarán o Juan Sánchez Cotán con exposiciones, entre otros centros, en lugares tan importantes como el Museo Nacional del Prado. Al cambiar el jarrón de cristal o la vasija de barro por una bolsa de plástico o un papel de plata arrugado, se consigue una versión actualizada, más práctica y todavía más ruda del bodegón al estilo español. Los elementos gastronómicos que predominan en la serie, principalmente vegetales y piezas de pescado, marisco y carne, son los ingredientes necesario para cocinar platos clásicos del recetarios español, como gambas al ajillo, un cocido madrileño, careta de cerdo, melón con jamón o lubina a la sal.

 

 

Ficha Técnica

Técnica: Inyección de tinta sobre papel RC Año: 2009
Medidas: 120 x 150 cm
Edición: 6 

Polígonos

 

Cuando pensamos en una ciudad, raramente tenemos en consideración sus áreas industriales. Si, como suele decirse de forma poética, las ciudades son organismos vivos, también deben disponer de sus órganos internos, espacios dedicados a proveer de todo tipo de suministros a la ciudad imaginada. Los polígonos industriales son una de ésas realidades madrileñas usualmente ignoradas, tanto por el arte como por el periodismo. La voluntad de esta serie es mostrar este otro paisaje que, a pesar de encontrarse por norma general en el extrarradio, es indisociable de la vida de una ciudad.

El desafío de esta serie consistía en retratar el paisaje industrial despojándolo del componente humano, el elemento que le da sentido, y hacerlo a través de un tono homogéneo pese a la variedad de localizaciones. La arquitectura de los polígonos es en todos los casos puramente funcional, carente de ningún atributo estético superfluo. Al eliminar a las personas, al captar los edificios, naves, fábricas y almacenes sin el trabajo que en ella se lleva a cabo y la dota de sentido, éstos se muestran como objetos de una extraña y desolada belleza. Forman también parte de Madrid, sólo que nunca antes los habíamos visto y, en caso de haberlo hecho, nunca lo hicimos de esta manera.

 

 

Ficha Técnica

Técnica: Inyección de tinta sobre papel de algodón. Año: 2009
Medidas: 21,5 x 24,5 cm
Edición: 25 

Monumentos

 

La serie de fotografías de estatuas descontextualizadas Monumentos está marcada por la constante búsqueda de la simbiosis entre los espacios de lo escultórico (el espacio del volumen y del hueco de las esculturas), lo arquitectónico (el espacio fluyente entre interior y exterior de los pedestales ) y lo paisajístico (el espacio abierto, insólito por irreal) . Son imágenes que no obedecen fórmulas claras y precisas, sino que se pliegan a propuestas que resultan discrepantes al prescindir del entorno real ; la serie trata de entender el espacio escultórico como lugar de disposición comunicativa, postulando posibilidades muy variadas de relación entre el reconocimiento por parte del espectador y la deliberada ausencia de referencia geográfica, aproximando así las imágenes a un ficticio espacio escenográfico donde los tonos grises y el aire inmóvil y suspendido en torno a las estatuas acentúa el aspecto de un inverosímil Madrid imaginario.

 

Ficha Técnica

Técnica: Inyección de tinta sobre papel de algodón. Año: 2010
Medidas: 58 x 46 cm
Edición: 20 

 

MADRIZ

 

 

No sé bien que ciudad era

aquella en la que la luz tenía la

apariencia de una flor abrasada

Persistencia del olvido.

 

Felipe Benítez Reyes

 

 

Imágenes que esparcen preguntas, poemas visuales que esconden una crónica, instantáneas en verso que recorren calles, plazas, bares, balcones, edificios. Madriz es un es un recorrido por el Madrid de hoy, pero atravesado por los espectros de su pasado, una invitación a mirar la ciudad, a redescubrirla tal vez, desde sus contrastes hondos, sus estímulos casi permanentes y sus paradojas. Estas series nacieron en principio como encargo de la revista Madriz para ilustrar sus portadas entre los años 2009 y 2012, pero más tarde el artista las fue completando y ampliando para diferentes exhibiciones.

 

Lo primero que impresiona en todas las series que componen Madriz es su luz, sus cielos, su color palpitante aún en las imágenes en blanco y negro o las de cielos otoñales. La energía y la viveza de esta gran ciudad son un complemento que el fotógrafo utiliza como pretexto para fundirse en esa luminosidad tan característica que va pintando sus calles, sus semáforos, sus días y sus horas. Este sol sin retoques tan madrileño, que obligó al artista a captar las imágenes en diferentes horarios y durante varios días, esta luz, aúna la distancia entre el cielo y la tierra, la distancia entre la luz y los seres humanos, y las misteriosas idas y vueltas que se crean entre ellos.

 

Las imágenes se han tratado digitalmente a partir de los encuadres originales, limpios y cuidados en simetría y composición, contenedores de esa pureza de líneas, que ensalzan la particularidad de cada espacio con algún ingrediente característico. Se ha intentado aprovechar todo el potencial de cada lugar capturado para evocar produciendo un curioso contrapunto entre las fotografías más minimalistas (Monumentos, Vistas Aéreas) que se integran muy bien con las imágenes más elaboradas que recuerdan escenas y ruidos de ciudad, como Plaza Mayor, Espacios Planificados o15M. El resultado en todos los casos es una concepción ordenada e idealizada de algo que ya existe, una visión personal que el fotógrafo ha ido almacenando como un poso hasta conformar una enciclopedia gráfica particular. Al mirar por el visor de la cámara, estas imágenes latentes son su referencia y gracias el retoque digital logra recuperar la forma perfecta, el encuentro con la geometría de las formas y la ciudad imaginada absoluta.

 

Todas las series guardan una afinidad con el lugar donde se tomó la instantánea, y sus denominadores comunes son la luz, el tiempo y el espacio; se interrelacionan entre sí en diferentes ritmos con gran integridad. Las temáticas, a pesar de ser muy diferenciadas, contienen un sutil hilo narrativo. Salvo Vistas Aéreas (que hacen referencia a un Madrid no urbano, rural y real a escasos kilómetros de la capital) y Naturalezas Muertas, que pone el acento sobre un paisaje interior, casero y cotidiano, el resto de las series es puramente urbana: Naves industriales como clave del tiempo, paisajes urbanos que son referentes en el imaginario colectivo como Plaza Mayor, o la serie Andamios, manipulaciones visuales que afloran en clave pictórica y continuas referencias a acontecimientos históricos que han marcado el Madrid de los últimos años y la vida de sus habitantes, como las protestas ciudadanas o el estallido de la burbuja inmobiliaria.

 

Uno de los puntos en común de las series que componen Madriz, es sin duda, revelar la amplitud de la dimensión humana en el contexto urbano. Para ello el fotógrafo utiliza varios recursos como el uso de personas anónimas a las que retrata en una ciudad que es el escenario de su historia con una dimensión casi narrativa. En otras ocasiones la figura humana ni siquiera aparece, dejando intuir la predilección del fotógrafo por escoger aquellos momentos en que la presencia directa se desvanece o desaparece por un momento (como en Andamios, donde se intuye que los obreros regresarán en cualquier momento del almuerzo, o en 15M donde las lonas son una bella metáfora de los miles de almas que bajo ellas protestaban) o la inclinación por buscar lugares que dejaron de ser que por sus características están ocultos o son casi marginales, tal y como podemos apreciar en la serie Polígonos Industriales. En cambio, otras series, la presencia humana directamente se sale de escena. Esos vacíos están llenos de información y de atractivos que bien pueden, entre otros aspectos, decir y explicar muchas cosas sin necesidad de una presencia humana directa y evidente. Mención aparte merece la serie Naturalezas Muertas donde el fotógrafo hace su particular homenaje a los bodegones españoles del XVII y XVIII desde imágenes cotidianas y habituales que representan escuetamente los ingredientes que componen recetas como el cocido madrileño o las gambas al ajillo. De esta manera se apela a la memoria gustativa del espectador, trasportándole a otro Madrid, el de los bares y restaurantes, el de los hogares y las familias, que inevitablemente, también forman parte de un paisaje urbano, este íntimo y plagado de recuerdos y asociaciones.

 

El fotógrafo consigue plasmar en esta particular combinación de imágenes urbanas todos sus impulsos personales, su bagaje vital y su visión foránea y al mismo tiempo perfectamente integrada, dejando así una huella que le define como artista y como persona. La ciudad es el espacio en el que te haces consciente de tu propia condición efímera, temporal, de producto con tiempo de caducidad y así lo capta Fernando Maselli con su cámara: Madrid como el lugar en el que uno nace y muere infinitas veces.

 

 

Elvira Rilova

 

Madrid, Madriz

FERNANDO MASELLI

 

COMISARIADO POR ELVIRA RILOVA

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