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Manifeste Des Yeux

 

LEILA AMAT

COMISARIADO DE LAURA JIMÉNEZ

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Leila Amat (Madrid, 1987), filóloga de formación y fotógrafa autodidacta por pasión, se une a esta tendencia de las artista-modelo dentro de la fotografía creativa. Como si de dirigir una orquesta en la que sólo toca un delicado y filarmónico violín, la artista idea, rige, escenifica, interpreta y retrata a distintos personajes protagonistas de las múltiples historias que su fantasía crea en los lugares más quiméricos que encuentra en su camino.

 

Nos encontramos con la romántica muerte de Ofelia, con sirenas de tierra y de mar cuya belleza y voz descarnada embaucarían a cualquier Ulises, a una expirante Popea intentando agarrarse a la vida, soberanas del desierto y las marismas con caperuzas y vuelos eternos que se enlazan con la naturaleza, delicados y lúgubres cuerpos que emergen sin vida de las aguas o de la tierra, o agónicas y mortecinas jóvenes extraviadas en un universo único y solitario, pero arrebatadoramente embaucador.

 

 

En cuanto al cómo, lo primero que surge es la idea, la cual cultiva y desarrolla hasta que la visualiza tan nítidamente que el disparo fotográfico es cuidadoso pero rápido y preciso. Y hablamos de disparo y no disparos ya que Leila no realiza ráfagas de fotografías de las que luego tenga que elegir la más idónea, sino que prefiere ver la fotografía como la pintura, como algo único, convirtiéndose cada una de sus obras y de sus historias en una realidad paralela. Los escenarios suelen ser la naturaleza misma, la cual es en parte fuente de inspiración de la artista, que junto a la delicada puesta en escena y el minucioso retoque posterior logra esas imágenes congeladas que se descongelarán justo en la retina del espectador, dejando que continúe este creando la película.

 

 “La fotografía es también una manera de conectar con la vida.

Hago fotos de la realidad filtradas a través de mi mente”.

                                                                  Francesca Woodman

 

Al igual que la fascinante e inquietante Francesca Woodman, indubitable referente de la artista, la obra de Leila es de una tendencia romántica enigmática. Interpretando y teatralizando ese instante de la realidad, logra crear una nueva, que respira y hace respirar al visitante esa bocanada de aire onírico.

 

En un aparente pero falso autorretrato, Leila no realiza una fotografía introspectiva que relate su historia, sino que se transforma en todos esos distintos personajes que se escapan de la realidad ordinaria y crean esos mágicos universos que entretejen el espacio y el tiempo y nos arrastran a ese momento lejano que aparece de repente.

 

Cada una de sus fotografías es una “Opera Aperta”, un fotograma de la historia que empezará a imaginar el espectador desde el momento en el que la propia imagen le cautive. Leila Amat nos invita a escaparnos de nuestra realidad, a atravesar como pequeñas Alicias una de tantas puertas que nos deja entreabiertas para sorprendernos, estremecernos, para que nos cuestionemos los límites inexorables entre lo mágico y lo real, lo deseado y lo temido, lo manifiesto y lo etéreo.

 

 

Laura Jiménez Izquierdo
Abril de 2015.

 

 

 

 

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