EL TAMAÑO NO IMPORTA
 

Todo el mundo les dirá que el tamaño si importa. Pues se equivocan. Al analizar 'Las meninas' de Velázquez, o 'La habitación de Arlés' de Van Gogh -o cualquier otra obra que se les venga a la mente-, es fácil observar -si se tiene entreno- pequeñas obras maestras en sus mismas entrañas. Fragmentos que bien podrían servir de antecedentes al expresionismo abstracto sin ir más lejos. Lo que domina en esos fragmentos es el pensamiento de expresión. Y es que no importa el tamaño a la hora de expresarse, no importa si la intención es clara y la actitud generosa de contenido. 

Cuando visito una exposición, siento la necesidad de acercarme a la obra -casi introduciéndome en ella-. De hecho, me produce mayor satisfacción analizar esos fragmentos, medirlos y mirarlos, que completar la obra toda una, como si fuese una mero objeto. La impronta no puede medirse de lejos, ha de palparse, suspirarse, olerse, sentirse.